Persiguiendo a Silvia
Soy una persona obsesiva compulsiva con las dichosas historias a las cuales me sumerjo y llego a olvidarme de mi misma. Un poco como el personaje de Silvia. Ella llega a tal aturdimiento de enamoramiento que se olvida de quererse a ella y eso le pasa factura. Lo entrega todo si ni siquiera mirar a quién se lo da. A demás que tiene un imán para enamorarse de los malos malotes. La chica del pelo de color ardilla es tan impulsiva que hace alguna que otra locura adorable, es de esos personajes que nunca piensa antes de actuar, y provoca alguna que otra escena divertida. A mí me ha gustado más la segunda parte, Encontrando a Silvia que la primera Persiguiendo a Silvia. Una vez que aparece Gabriel la resta de de personajes sobran. Él es todo lo que las demás hemos soñado, conseguir que uno de nuestros ídolos musicales se enamore de ti, una fantasía. ¿A quién no le ha venido alguna vez esa fantasía a la cabeza? Que suertuda esta chica. Así que cuando leía el primer